Blogia
elproyecto2011

Génesis 37 al 39

Al inicio del capítulo 37 se hace una sinopsis de la relación entre José y sus hermanos. El punto de vista general ha sido tomar a aquel como la víctima del resto, sin embargo, no hay que dejar por un lado que quizá la envidia y animadversión que ellos sentían tenían básicamente 2 razones: 1. El hecho de que Jacob, su padre, no ocultaba que José era su predilecto y por lo tanto no trataba igual a los otros; y 2. En la parte final del verso 2 se dice que José le informaba de la mala fama de  sus hermanos a Jacob. Luego se mencionan los 2 sueños que tuvo José: primero el de las ramas de trigo que se postran y luego el de las estrellas, el sol y la luna postrados ante él. Se dice que Jacob reprendió a su hijo pero que este actuar de él “le daba qué pensar” (Versión Nácar Colunga). Luego de esto se dice que los hermanos mayores de José fueron a pastorear a sus ovejas a Siquem y Jacob lo envía para que le informe sobre cómo están los rebaños. Se dice que a la distancia lo vieron venir y sus hermanos complotaron para darle muerte; no obstante, el mayor, Rubén, les dice que no lo maten sino que solo lo dejen en un pozo seco (lo cuál hacía para salvarlo y devolverlo con Jacob). Finalmente acceden a lo dicho por el mayor y lo despojan de una túnica de colores que Jacob le había dado especialmente él. Luego una caravana de árabes se acerca y por idea de Judá venden a José como Esclavo. En el verso 29 se dice que Rubén “volvió” a donde estaba José y ya no lo halló. Esto significa que entre el convencimiento que logró con sus hermanos de que no mataran a José y este momento, tuvo que haberse ido, y por lo tanto no participó en la venta que se hizo a los árabes. Cuándo no lo halló se rasgó las vestiduras, pero le contaron lo acontecido y luego todos fueron ante Jacob a contarle la mentira de que José había muerto y le dieron de prueba la túnica de colores manchada con sangre de cabrito. Jacob se deprime y entra en luto, mientras al final del capítulo se dice que los mercaderes árabes venden a José como esclavo en Egipto, al funcionario oficial Potifar. Hay que hacer notar que en toda esta trama no aparecen los nombres de todos los hermanos, solo Rubén quien es bien intencionado pero no actúa y Judá, quien sí actúa pero no en bien. El capítulo 38 se ocupa de la independencia de Judá y cómo contrajo núpcias, de donde salieron varios hijos, dentro de los cuáles estaba el primero, Er, quien no era bueno a los ojos de Dios y murió antes de dar descendencia a Judá. Luego, para cumplir la ley de levirato, Judá le dice a su segundo hijo, Onán que se allegue a la esposa de Er, pero este no la fecundaba pues dejaba caer el semen en el suelo, y a causa de eso y de su egoismo también murió. Luego, la viuda, Tamar, se va de la casa de Judá con la promesa de este de que cuando creciera su tercer hijo, Sela, haría que este la conociera sexualmente para que hubiera descendencia. Al final no cumple su palabra Judá, y Tamar lo engaña y logra que este la haga concebir. Judá la acusa de adulterio pero con un ingenioso plan Tamar le hace entender que fue él quien la preñó y que su actuar no había sido correcto. El capítulo 39 comienza narrando cómo José es prosperado en Egipto y logra llegar a ser el administrador de todo lo que tenía Potifar. Luego, se narra que la esposa de este quiere tener relaciones sexuales con José pero este huye y aquella lo acusa ante su amo, quien indignado y sintiéndose traicionado lo envía a la cárcel.

0 comentarios