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Génesis 40 al 42

El capítulo 42 comienza narrando la historia del Copero y el Panadero del Faraón, quienes por razones que no se especifican en la Santa Palabra, hicieron enfurecer a su señor y por lo mismo son enviados a la misma prisión donde se encontraba José, este a la postre por haber tenido el favor de Dios es el encargado de las celdas por encargo del regente del lugar. En una noche, tanto el copero como el panadero tienen diferentes sueños, los cuentan a José y este los interpreta. Al primero le dice que en 3 días será liberado para volver a sus servicios habituales, y al segundo le indica que en el mismo lapso de tiempo morirá colgado. Ambas situaciones se cumplen. En el momento de la interpretación, José le dice al copero que cuando vuelva a estar frente a Faraón, no se olvide de él, pero aquel lo ignora y por 2 años más, José se queda en prisión. En el capítulo 41, el faraón tiene dos sueños y ninguno de sus magos y sabios logra interpretar el significado de los mismos, entonces el copero reconoce que ha actuado mal al olvidarse de su benefactor en la cárcel y le cuenta al soberano lo que le aconteció allí y cómo José les interpretó exactamente sus sueños a él y al panadero. Entonces el faraón lo hace llamar y José le hace la interpretación de los sueños indicándole que vendrán 7 años de abundancia y luego 7 de hambruna, por lo que debe prepararse en los primeros para soportar los otros. El faraón lo nombra gobernador de todo Egipto, sujeto solamente a la autoridad del mismo faraón, y le da una esposa de la que nacen Manasés y Efraín, sus 2 hijos. Entonces se cumple lo profetizado por José. El capítulo 42, hace ver que la hambruna se extendió por toda la tierra y que llegó incluso a Canaán donde vivían Jacob y sus hijos. El patriarca se entera que hay alimento en Egipto y manda a sus hijos mayores a que compren provisiones. Estos, al llegar a la tierra del Nilo se postran ante el gobernador de esa tierra quien los reconoce pero no les revela quién es. Los acusa de espías, y les dice que para obtener descargo deben traer al menor de sus hermanos. Retiene a Simeón como garantía de que los otros vendrán y ordena a sus sirvientes que les entreguen granos (y que dentro escondan el dinero con que pagan). En el camino los hermanos se dan cuenta de que les han devuelto el dinero y sienten temor. Cuentan todo a Jacob y le indican que el gobernante de Egipto demanda la presencia de Benjamín. Jacob se resiste a eso, y Rubén le garantiza que él se hará cargo de la seguridad del menor.

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